lunes, 19 de junio de 2017

1982

El gol de penal de Rubén Darío Insúa frente a El Porvenir el 6 de noviembre de 1982 marcó el final de una etapa dolorosa para el hincha de San Lorenzo en su único año en la segunda categoría
El camino de la decadencia futbolística de San Lorenzo, que lo llevó a ser uno de los equipos que descendió en el Metropolitano de 1981, era un síntoma más en un Club que el 2 de diciembre  1979 había jugado su último partido en el Viejo Gasómetro de Avenida la Plata y las deudas con los jugadores casi hacen renunciar a uno de sus técnicos por ese entonces, Carmelo Faraone.
Argentinos fue su último rival en el Torneo Metropolitano de 1981, justamente el equipo de La Paternal era su rival directo por mantener la categoría y el empate era resultado suficiente para San Lorenzo que aventajaba al Bicho Colorado por un punto.
El descenso se consumó con el resultado de 1 a 0 favorable a Argentinos Juniors con gol de Salinas de penal. Había llegado el final del drama más grande para la gente de San Lorenzo, el primer descenso de uno de los cinco grandes del fútbol argentino.
El posterior Nacional 1981 sólo sirvió para darle rodaje a los juveniles que iban a afrontar el torneo más duro de la historia azulgrana y que demostraron unas condiciones interesantes, Insúa, Rinaldi, Quinteros y Cousillas, entre otros fueron considerados jugadores imprescindibles.
Juan Carlos Lorenzo fue ratificado para iniciar el proyecto en busca del título de la Primera B, se le había renovado el voto de confianza después de haber cumplido una aceptable tarea en el Torneo Nacional del año pasado.
El 19 de enero de 1981 El Presidente del club Hector Habib ya había empezado la actividad junto a sus compañeros de Comisión Directiva para armar un equipo que esté a la altura de las circunstancias. En dos días llegaron tres refuerzos, Armando Abrahamian, dejado en liberad de acción por River; Osvaldo Blain desde Almirante Brown y Héctor López  llegó de River  y Eugenio Morel Bogado, proveniente de Argentinos Juniors y pretendido por el técnico Lorenzo eran algunos de los nombres.
La delegación viajó de Pretemporada a Necochea con los siguientes jugadores: Cousillas, Suárez, Abrahamian, Héctor Osvaldo López, Quinteros, Verdecchia, Ros, Insúa, Daniel Acosta, Héctor Roberto López, Morel Bragado, Rinaldi, Aráoz Hugo Moreno Biain y Hugo Paulino Sánchez que había llegado del fútbol colombiano. Además de Lorenzo, en el cuerpo técnico estaban Julio Santella (Preparador físico de Bianchi en Boca), Héctor Lobbe y Carlos Román,  médico del plantel y Ayudante de Campo respectivamente.
Ya en el mes de Febrero y después de haber derrotado 4 a 1 en un amistoso a Vélez y a tres días de comenzar el campeonato llegaron Edgardo Paruzzo de Tigre, Miguel Batalla desde Quilmes, Ramón Quiroga desde Talleres de Córdoba, Ricardo Demagistris desde Newell´s y Carlos Suárez desde Racing. Era el momento de empezar un nuevo camino, ya se habían dejado atrás las diferencias internas en la política azulgrana y todos, inclusive la hinchada que había sentido el golpe duro del descenso se unió para apoyar al equipo de forma multitudinaria.
Los gauchos de Boedo participaron de la Zona B del campeonato junto a Defensores de Belgrano, Deportivo Italiano, Deportivo Morón, Lanús, Banfield, Temperley, El Porvenir, All Boys, Estudiantes y Atlanta. En la zona A estaban Gimnasia y Esgrima de la Plata, Almirante Brown, Argentino de Quilmes, Colón de Santa Fé, Deportivo Español, Deportivo Armenio, Talleres, Los Andes, Arsenal, Chacarita y Tigre.
El debut fue Gimnasia y Esgrima de la Plata, otro de los aspirantes al título, en Caballito. San Lorenzo derrotó 2 a 1 al Lobo con un penal convertido por Morel Bogado a dos minutos del final, pero el protagonismo de la tarde se lo había adjudicado el hincha del Ciclón que concurrió masivamente a la cancha, dejando una recaudación top para la categoría pero con la obligación de tener que cambiar de escenario para que todo el público pueda asistir a ver a San Lorenzo, Ferro había quedado chico y Vélez que tenía mayor capacidad para albergar público sería la casa del Ciclón sumado a que desde AFA salió una reglamentación que dispuso que los clubes que enfrentaban a San Lorenzo en calidad de Locales debían jugar en estadios con una capacidad mínima a las 30.000 personas.
Cinco triunfos seguidos terminaron de consolidar a San Lorenzo prematuramente como el gran candidato a obtener el título. 2 a 0 a Defensores;  2 a 1 a All Boys; 1 a 0 a Almirante Brown y goleada 4 a 0 frente a Atlanta.
En la sexta fecha San Lorenzo cortó la racha de triunfos con un empate 1 a 1 contra Tigre el 13 de Junio en el estadio de River, lo que es considerado hasta el día de hoy cómo el  partido dónde más gente hubo en un partido de Ascenso, cerca de 74.000 personas se dieron cita aquella tarde en Núñez.
Argentino de Quilmes fue derrotado con facilidad 3 a 0 y Estudiantes cayó 2 a 0 en la séptima y octava fecha respectivamente, luego llegaron dos empates, el primero frente a Lanús sin goles y en la fecha posterior un partidazo 3 a 3 contra Los Andes. Lorenzo, a esa altura tenía en la cabeza el equipo titular, más allá de algunas modificaciones tácticas: Quiroga en la valla, Comelles, Verdecchia, Moreno y Héctor Osvaldo López o Héctor Raúl López en la defensa. La línea media era dónde mayores cambios podían verse, podían jugar Quinteros, Ros y Rinaldi cómo también Demagistris, Insúa o Batalla.
En la décimoprimera fecha llegó otro empate, ésta vez frente a Talleres, una fecha después San Lorenzo volvió al triunfo cuándo  derrotó 2 a 1 a Deportivo Italiano. Los éxitos siguieron con el triunfo frente a Armenio y tres empates seguidos  contra Arsenal, Morón y Chacarita (El partido contra Morón se lo dio como perdido a San Lorenzo después de que Anibal Hay cobró un penal en contra de San Lorenzo a falta de  dos minutos para finalizar el partido, esto provocó desmanes de parte de la gente en la tribuna sanlorencista, además se le clausuró por una fecha la cancha de Vélez, dónde San Lorenzo hacía las veces de Local.
En casi todas las campañas de un campeón, el equipo sufre altibajos desde lo futbolístico que hacen que los resultados no sean favorables.  A mitad del campeonato, San Lorenzo sufre la primera derrota del año dentro de un campo de juego, Colón de Santa Fé, en su provincia le ganó 2 a 0 y el empate 0 a 0 frente a Español pusieron en un pequeño manto de dudas en el andar cuervo, además Vélez tentó al técnico Juan Carlos Lorenzo para dirigir al  equipo de Liniers, algo que se venía comentando en los medios periodísticos de aquella época.
El mando del equipo lo tomó José Yúdica, un técnico que vino solamente con la promesa de “Tratar de seguir el trabajo con un equipo del que tenía las mejores referencias para que mantenga su potencial, su hegemonía y su ubicación en la tabla”.
El debut del nuevo DT fie el 13 de junio contra El Porvenir en cancha de Independiente,  el triunfo de San Lorenzo fue por 3 a 0 con ráfagas de muy buen fútbol, la fecha siguiente Temperley fue el rival, se iba a repetir el triunfo Ciclón pero 2 a 0, la primera rueda se cerró en el partido contra el Banfield del Bambino Veira que ganó por dos goles a cero sin dejar ningún tipo de atenuantes.
La primera ronda finalizó con un San Lorenzo puntero absoluto con 29 puntos, cinco de ventaja sobre sus escoltas Gimnasia y Esgrima de la Plata; Chacarita, e Italiano. Con  la primera meta cumplida, gran funcionamiento en conjunto y variantes tácticas de acuerdo al rival que permitía mirar al futuro con optimismo.
Once triunfos, siete empates y 3 derrotas, con 31 goles a favor y 15 en contra fueron los números de la primera etapa del campeonato. 
La próxima etapa  y la última para cumplir el objetivo de volver a primera empezó el 3 de Julio, no empezó bien para San Lorenzo, derrota en Cancha de Estudiantes contra Gimnasia 2 a 0 pero las fechas siguientes el triunfo frente a Defensores y All Boys pusieron nuevamente al cuervo con una ventaja de cinco puntos sobre sus perseguidores inmediatos.
Almirante Brown, Atlanta y Tigre impidieron que San Lorenzo pueda conseguir un triunfo que llegó  por partida doble frente a Argentino de Quilmes y Estudiantes de Buenos Aires.  A esta altura del campeonato San Lorenzo no desplegaba su mejor fútbol pero seguía siendo el equipo más regular del campeonato y cada vez le sacaba más diferencia a sus perseguidores.
La etapa más difícil se vivió después de la mitad del campeonato dónde Yúdica  hizo algunos cambios para levantar el nivel futbolístico del equipo, pero en varias ocasiones no estuvo acertado con su planteo, esto sumado a que cada uno de sus rivales, que no tenían nada que perder, se jugaron la vida para arañarle algún punto al Ciclón, como la derrota frente a Lanús 1 a 0 en el Sur que generó dudas en Boedo porque el equipo no había sido lo suficientemente ofensivo aquel partido.
Más allá de los problemas fútbolísticos volvieron los triunfos,  frente a Los Andes en el minuto de  descuento, con gol de López, victoria antes Talleres dónde en los primeros diez minutos, San Lorenzo ya ganaba 3 a 0 con tres goles de López y  con la ratificación de la vuelta al buen juego 4 a 1 a favor  frente a Deportivo Italiano, otra vez con tres goles de Héctor López. Empate contra el Deportivo Armenio 1 a 1 y un nuevo halago contra Arsenal de Sarandí. La vuelta a primera parecía inminente.
La marcha de San Lorenzo siguió con un empate frente al Deportivo Morón y victoria en la cancha de River contra Chacarita, en otra demostración de Fé de la hinchada y con un partido complicado que se definió a favor de San Lorenzo faltando 20 minutos para terminar el partido con un festejado gol de Morel Bogado. Aquel inolvidable regreso de Núñez a Boedo fue en una caravana interminable de fanáticos al grito de “Dale Campeón, Dale Campeón” por más que el título en los números no estaba asegurado.
Siete puntos de ventaja llevaba el líder del campeonato sobre Gimnasia después de ganarle a Colón de Santa Fé 2 a 1 y de que el Lobo haya empatado con Lanús. Aquella tarde los simpatizantes de San Lorenzo invadieron el campo de juego de Vélez una vez finalizado el partido y llevaron en andas a los jugadores dando la Vuelta Olímpica, faltando cuatro fechas para finalizar el torneo.
El partido más esperado fue contra Deportivo Español en una cancha de Boca colmada por gente de San Lorenzo, el empate 0 a 0 frente al equipo gallego aseguró el primer puesto, pero todavía San Lorenzo no era campeón.
Para festejar el título los Cuervos debían, al menos, empatar contra El Porvenir.  En un partido mal jugado y con muchos nervios, Rubén Darío Insúa de penal a los 36 minutos del complemento le dio la ventaja definitiva a San Lorenzo, siete minutos después,  los fanáticos azulgranas no aguantaron la presión e invadieron el campo de juego al grito de ¡Campeones, Campeones!
La represión policial sobre los hinchas tras haber invadido el terreno de juego no tuvo comparación con la alegría que sentía la multitud azulgrana por haber conseguido el título. La caravana de cuervos siguió en el Viejo Gasómetro de Avenida La Plata, las calles, balcones y locales de Boedo se embanderaron con los colores del club. En la barriada se cantaba: “Vení, vení, baila conmigo; yo te lo digo de corazón, gritá gritá bien fuerte, no tengas miedo que de Boedo, salió el Campeón”.
Para seguir festejando el título hubo  dos partidos que quedaron para la anécdota, San Lorenzo derrotó a Temperley  y cayó ante  Banfield  1 a 0 dónde nuevamente el público azulgrana invadió el campo de juego molesto con el árbitro del partido por haber expulsado a Comelles y Moreno. San Lorenzo fue campeón con 57 puntos, aventajando por ocho a su Gimnasia y Esgrima de la Plata. Además terminó con el goleador del Campeonato, un joven Rinaldi convirtió 16 goles durante todo el año.
Efímero e inolvidable paso del Ciclón por el fútbol del ascenso, de un drama, San Lorenzo elaboró un orgullo para su corazón, a treinta años de haber gritado campeón, mucha gente todavía recuerda los momentos duros y  la adversidad que  llevó al fanático Cuervo a estar en los momentos más difíciles. Por eso San Lorenzo pudo salir adelante, gracias al apoyo de su gente, a treinta años del gol de Insúa que depositó a San Lorenzo nuevamente en Primera División, después de haber sido el primer grande que demostró ser grande.