viernes, 16 de septiembre de 2016

16 de setiembre de 1953
Nace en Santiago de Chile Manuel Pellegrini.

Se tituló en Ingeniería Civil en la Pontificia Universidad Católica de Chile, hecho que le valió el apodo de "El Ingeniero" Pellegrini.
Como entrenador, ha dirigido a equipos de Sudamérica y Europa, como Universidad Católica,Universidad de ChileLiga de QuitoSan Lorenzo de AlmagroRiver PlateVillarreal CFReal Madrid, Málaga Club de Fútbol y Manchester City.
Entre sus logros como entrenador, están las mejores campañas en la historia del Villarreal CF, que alcanzó la semifinal de la Liga de Campeones de la UEFA 2005-06, y el subcampeonato de la Liga de España 2007-2008. A esto se suman los récords de goles marcados y partidos ganados en Liga con el Real Madrid, y los tres campeonatos nacionales obtenidos en Sudámerica, con Liga de QuitoRiver Plate y San Lorenzo de Almagro. Finalmente, suma el único título internacional en la historia de Universidad Católica, al obtener la Copa Interamericana 1994, y el primer trofeo continental de San Lorenzo de Almagro, la Copa Mercosur 2001.
En San Lorenzo durante el verano de 2001, cuando tras la convulsionada salida de Oscar Ruggeri, arribó un por entonces desconocido entrenador chileno llamado Manuel Pellegrini, quien en tiempo récord talló y pulió un equipo que se consagró campeón del Clausura 2001 y que pasó a la historia como el que más puntos obtuvo en torneos cortos y que edificó luego la serie victoriosa más extensa del profesionalismo, con 13 victorias consecutivas.
“Ha sido el título más importante de mi carrera, como técnico por la manera de jugar que conseguimos y como persona por las difíciles condiciones para liderar un grupo de jugadores desmotivados”, reconoce el Ingeniero. Es que la piedra que debió pulir era enorme. “Apenas llegué hice una charla larga con el plantel para que conozcan mi propuesta y al terminar se paró Ameli, el capitán, y me dijo que nada de eso se podía hacer porque hacía dos años que no cobraban”, afirma Pellegrini al tiempo que recuerda aquella broma que decía que ‘venía a terminar los codos’ como una motivación más para triunfar en un grande de la Argentina.
Así, escuchando soportando frases descalificantes, tanteando un club jaqueado económicamente que desde lo político sufría el ocaso de la década mielista y en medio de un país que iba camino a la mayor crisis de la historia, el chileno comenzó a edificar su equipo récord.
Cincel en mano, Manuel Pellegrini comenzó a tallar. Rescató jugadores que no tenían lugar como Pablo Michelini y Raúl Estévez, acopló a Fabricio Coloccini, llegado horas antes del debut y fue acomodando las piezas con el correr de los partidos. “Más que la elección de jugadores, lo que fue clave fue la respuesta del grupo a las exigencias dentro y fuera de la cancha. “Valoro la respuesta de ese grupo de jugadores que se convencieron de buscar a través de la gloria deportiva la solución de los problemas económicos. Siempre he dicho que a los jugadores les exijo respeto, compromiso y rendimiento. Aquel grupo consiguió las tres cosas. Por eso fue el mejor que he dirigido, sin lugar a dudas”, continúa su relato Don Manuel .
La campaña comenzó con un 2-2 ante Gimnasia (dirigió Doria interinamente). En la 2ª fecha se produjo el debut de Pellegrini con un 0-2 ante Racing. Se alternaron buenas y malas hasta la caída 1-3 ante River. A partir de allí, el equipo ganó once partidos. Inició en el arco Campagnuolo y tras su lesión asomó Saja, se afirmaron en defensa J.J. Serrizuela, Coloccini, Ameli y Paredes. En la recuperación Michelini arrancó junto a Rivarola, quien se rompió los ligamentos y le cedió su lugar a Tuzzio. Romagnoli y Erviti aportaron dinámica y creación junto a al desborde del Pipa Estévez. Y Romeo se erigió como goleador del torneo con 15 conquistas.
“El 5-4 con Lanús lo recuerdo como fundamental. También fue importante el 1-0 sobre Los Andes con un gol de Coloccini y los goles de Romeo a Argentinos. Recuerdo a la gente el día de la consagración ante Unión y la de los jugadores en el vestuario celebrando un título que parecía imposible en las condiciones que estaba el club. El cariño con San Lorenzo es recíproco y ojalá algún día pudiera volver, pero si no es así seré siempre un seguidor incondicional del club y de su hinchada, que me hizo vivir momentos inolvidables”, lo dice Manuel Pellegrini, quien cincel en mano erigió una obra de ingeniería que pasó a la historia.
Un semestre después de haber conseguido el Torneo Clausura de 2001, con récord de puntos obtenidos, San Lorenzo de Almagro alcanzó su primer título internacional. Guiado por Manuel Pellegrini, el club de Boedo se consagró campeón de la Copa Mercosur del 2001.
Con la base del equipo récord, el Ciclón demostró un claro juego ofensivo desde el inicio de la competición. El técnico chileno mantuvo en el ataque a Bernardo Romero, delantero que lo llenó de satisfacciones en el ámbito local. Por otro lado, el que fue variando a lo largo del torneo fue su compañero de dupla. Raúl Estévez, Guillermo Franco y el interminable Alberto Federico Acosta fueron las variantes utilizadas por el ingeniero. 
En todos los casos, Bernie quedaba como delantero de punta, mientras que su acompañante se retrasaba unos metros para juntarse con Leandro Romagnoli y Walter Erviti. Estos dos jugadores eran los encargados de generar el juego para abastecer a los de arriba. La fórmula le dio resultados, ya que el conjunto de Boedo consiguió 21 goles a lo largo del torneo. Es decir, un promedio de 1,75 por partido. Impresionante.
La Copa no arrancó bien. De local, San Lorenzo perdió contra el Flamengo por 2-1. El equipo brasileño fue más durante los 90´ minutos de partido y, en ese momento, puso un manto de dudas sobre la futura actuación del Cuervo en la competición. No obstante, una serie de tres triunfos consecutivos y un empate en Uruguay le dieron la clasificación a cuartos de final.
Su primer rival en la etapa de los partidos de ida y vuelta fue el difícil Cerro Porteño. Sin embargo, el poder ofensivo del Ciclón fue mucho para el conjunto guaraní. El 4-2 obtenido en el primer encuentro -de local- le permitió a San Lorenzo viajar a Paraguay con mucha tranquilidad, pero allí no se relajó y también ganó. En esta ocasión, los de Pellegrini ganaron por 2-1. Ya en semifinales, su oponente fue el Corinthians. El Timão se quedó con el enfrentamiento en Brasil tras ganar por 2-1. Pero la revancha en el Nuevo Gasómetro fue un festival azulgrana. Baile y 4-1, los encargados de anotar semejante supremacía en el resultado fueron Bernardo Romeo -en dos oportunidades-, Lucas Pusineri y Guillermo Franco. Con esta victoria, San Lorenzo clasificó a la final de la Copa Mercosur.
El Flamengo apareció nuevamente en escena. Los resultados de la fase de grupos le daban al equipo de Rio de Janeiro un cierto favoritismo. Pero la resistencia azulgrana se hizo fuerte y gracias a una gran actuación de Sebastián Saja, el Ciclón rescató un empate 0-0 en el mítico estadio Maracaná. 
En un principio, el encuentro de vuelta de la final de la copa estaba estipulado para que se disputase el 19 de diciembre de 2001. No obstante, la profunda crisis que vivía la Argentina por aquellos años y los serios incidentes ocurridos en las calles obligaron a que el partido decisivo se jugara un mes después.
Finalmente, el 24 de Enero de 2002, el Nuevo Gasómetro recibió a más de 40.000 personas que querían ver a su equipo campeón de un torneo continental por primera vez en la historia. El partido fue trabado, el Fla se puso en ventaja a los 10 minutos gracias a un gol de Leandro, pero Raúl Estévez empató cuando promediaba el segundo tiempo. La igualdad en los dos encuentros derivó a que el campeón se defina en los penales. Allí, nuevamente, Sebastián Saja se vistió de figura y contuvo un penal que fue clave para la resolución. El último en patear para el Ciclón fue Diego Capria, quien con un derechazo reventó el arco de Julio Cesar y desató la locura en Boedo. Y no era para menos, San Lorenzo de Almagro había conseguido su primer título internacional.
 



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