Hizo su debut oficial con la camiseta de San Lorenzo de Almagro el jugador Roberto Telch
Volante central, debutó en San Lorenzo el 9 de septiembre de 1962, al igual que el "Bambino Veira" formó parte de Los Matadores, se consagró cuatro veces campeón de la Primera División de Argentina con San Lorenzo (Metropolitano, 1968 y 1972, Nacional 1972 y 1974), además de integrar el plantel de la Selección de fútbol de Argentina que disputó la Copa Mundial de 1974. Es el segundo jugador con más partidos en la historia de San Lorenzo, 440 partidos y 25 goles. También jugó en Unión y en Colón de Santa Fé.
Los adjetivos para elogiar a
un jugador de la talla de Roberto Telch no alcanzan, “Oveja” (sobrenombre que
se lo puso su compañero Juan Carlos Carotti), “Cordero”, “Araña” apodos que se
gano durante su extensa carrera en la primera división de San Lorenzo siendo el
jugador con mas partidos en la historia del club con 440 (solo lo supera
Villar) y tercero en el futbol argentino con 630 (detrás de Hugo Gatti y
Ricardo Bochini).
El
sábado 8 de septiembre de 1962, el técnico José Barreiro le comunico “a lo
mejor mañana jugas contra Ferro”, y así fue que al día siguiente debuto en el
triunfo azulgrana por 3 a 2 en el Gasómetro. Esa tarde el equipo alineo a:
Periotti; Cancino y Páez; J.Martinez, Santamaría y Telch; Facundo, Rossi, Leeb,
Sanfilippo y Casa.
Pocos saben que la noche previa
al debut del domingo 9 se había acostado a las 2 de la mañana, producto de
haber amasado varios kilos de pan en su trabajo que le daba unos pesos para
vivir. Comenzó una extensa carrera, siendo un profesional intachable, con una
humildad como pocos cuando les llegaron las cámaras y el estrellato. Es que
Roberto Telch siempre recordó sus orígenes, como cuando ya con diez años en
primera división en la mitad del campeonato de 1972, reconoció públicamente a
Pedro Belli, un conocido que le diera una gran mano en la vida para que pudiera
ser jugado de futbol, otorgándole trabajo en su chacrita para que juntara el
dinero y así poder ir a entrenar y pelearle a la vida.
En
su segundo año con el plantel superior empezó a tener un poco mas de
continuidad pero no era “numero puesto”en ningún sector, sino que alternaba sus
apariciones como marcador de punta o volante por los costados.
El “Cordero” fue un ejemplo de sacrificio; vivía en Billinghurst,
partido de san Martin, de ahí tomaba un colectivo hasta el Ferrocarril Lacroze,
luego con el tren viajaba hasta Chacarita y de ahí el colectivo 165 hasta el
Gasómetro para entrenar.
Fue un jugador de entrega constante, infatigable andar, la voluntad y
categoría para quedarse con todo lo que pasaba por la mitad de cancha mas una
intuición para quitarle el balón al contrario como pocos a través de la
historia del futbol argentino, lo hicieron ser una pieza clave en varios de los
recordados equipos “santos”; tenia noción del tiempo y distancia en el
anticipo.
Pero
además de esos atributos poco comunes en el futbol tenía una enorme calidad
para distribuir el juego. Esta sumatoria de virtudes deja en claro que Telch
fue uno de los mejores números cinco que dio el futbol nacional a través de los
tiempos.
Se consagro Campeón en el Metropolitano de 1968, Bicampeón en 1972 y
nuevamente campeón en el Nacional de 1974. Sus grandes actuaciones en San
Lorenzo lo llevaron a la Selección Nacional para integrar como titular en el
conjunto que represento a nuestro país en el Mundial de Alemania 1974.
Diez
años antes, siendo un pibe, fue figura excluyente del seleccionado cuando
nuestro país disputo y gano la Copa de Las Naciones organizada por el Brasil
Campeón Mundial de 1962. Justamente el bautismo internacional con la celeste y
blanco fue contra el seleccionado brasileño el 3 de junio de 1964. Roberto
Telch tuvo una noche memorable, ingreso en reemplazo de Mesiano por una lesión
que le propino Pele, convirtiendo el segundo y tercer gol con que derrotamos a
Brasil por 3 a 0.
En San Lorenzo integro el equipo de “Los Carasucias” que se
transformarían luego en los “Matadores” en 1968 y Telch, un jugador vivo para
destaparse y llegar al vacio en posición de ataque, tuvo actuaciones
descollantes en un equipo que ese año fue imbatible; pero además fue un
caballero dentro del campo de juego, lo que motivo que recibiera una plaqueta
de reconocimiento de los árbitros por ser el profesional más correcto. En ese
equipo, este ídolo silencioso era el encargado de equilibrar al equipo tanto en
defensa como en ataque. Fue fundamental el papel del brasileño Tim, que le saco
el defecto que tenia Telch de trasladar tanto la pelota y lo corrió hacia la
izquierda para que sus subidas tengan más peso ofensivo.
Otro gran año en la exitosa carrera azulgrana
del cordobés fue en 1972 ganando el Bicampeonato. Para el técnico Osvaldo
Zubeldia, el Oveja era el líder por excelencia y el eje principal de la
formación campeona del Nacional 1974. Pasaban los años, cosechando títulos y él
seguía con su perfil bajo, muy distinto al del líder que era dentro de la
cancha. También pasaban sus compañeros, pero el seguía; tanto es así que le
marcaba el camino al resto.Tuvo como ídolo a Pipo Rossi, aunque siempre observo
cómo se paraba en la cancha “Puchero” Varacka, a quien tuvo de compañero en san
Lorenzo en 1966.
Su campaña en la institución finalizo la noche que se disputo la ultima
fecha del octogonal que definía el Campeonato de 1975, fue ante Gimnasia y
Esgrima de Jujuy en la cancha de Huracan, cotejo que gano San Lorenzo por 3 a 0
con goles de Héctor Scotta en dos oportunidades y Mario Rizzi.
Roberto
Telch convirtió 25 goles en torneos oficiales, varios de significado especial,
como el que termino dándole el título del Metro de 1972 a San Lorenzo al convertirle
el gol a Atlanta el 1 de septiembre de ese año. Tenía cuerda para rato, pero Toscano
Rendo en 1976 por aquel entonces entrenador del primer equipo, no lo tuvo en
cuenta y la directiva encabezada por Fernando De Baldrich lo termino regalando
(se incorporo a Unión y luego a Colon) al no hacerle un reconocimiento
económico merecido luego de una larga trayectoria de 14 años en la primera
división ¡Una lástima! Continuo jugando cuatro años más en un excelente nivel;
mereció otro final su carrera, debió ser con la azulgrana, con partido
despedida incluido, porque Roberto Telch fue un grande de San Lorenzo y el
futbol nacional.
Extraordinaria su capacidad funcional. Recorriendo con soltura su fútbol
a todos los sectores del campo. Arrancando de posiciones de extrema línea hasta
el área rival. Con aparente despreocupación de un fútbol suelto que adquiere
seriedad, fuerza, ritmo, claridad, en la mente y en las piernas de un volante
que no se autodesigna sectores, ni hombres específicos. Para la oveja Telch el
medio campo -su hipotética zona de juego- es la libertad para crear sus rígidos
esquemas. Es el de él un fútbol joven que también tiene errores, pero que se
pierden en la rica producción de aciertos, de ataque iniciados, de rivales
obstruidos.
Con la prodigalidad de su juventud conformó la personalidad de varias
líneas de volantes en los seleccionados argentinos así como lo hizo con la
camiseta de su club. Temprana responsabilidad que sólo cumplen los dotados.
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