PRIMER CARTEL PUBLICITARIO
Si el sueño de todo
inquilino es convertirse en propietario, el de San Lorenzo con el correr de los
años se convirtió en una obsesión. Mas teniendo en cuenta que el club iba
ganando aceptación en el barrio: prácticamente nadie miraba de soslayo la
presencia de San Lorenzo en Boedo. Incluso, el estadio empezó a quedar chico,
la demanda de público era cada vez mayor. En 1922 se inauguro la primera
tribuna general, con capacidad para 2.000 personas, a un costo de 12.541 pesos.
Después de los dos primeros títulos de la era amateur (1923-1924), el prestigio
logrado por el club, otras dos gradas de 35 metros de largo y 32 escalones
fueron alzadas (a los costados de la techada ya existente) a cambio de $
21.300. Al poco tiempo, tras ganarle a la familia Oneto un considerable espacio
extra, sobre Inclán se levanto una tribuna más, de 74 metros de largo y 11
tablones de alto. Los 1.500 asociados con los que contaba el Ciclón a mediados
de la década del 20 se multiplicaban cada fin de semana. La gente hacia lo
imposible para ver cada partido: hasta se subía a los postes de la esquina
Avenida La Plata y Balbastro, desde donde también se podía apreciar un cartel
que llevaba un 43 gigante pintado: se trataba de la primera publicidad (era de
los celebres cigarrillos) que existió en el estadio.
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